Familias arequipeñas en las playas de Mejía en el año 1905
El orígen de Mejía como balneario se debe a la acción tesonera del Coronel de Artillería, el arequipeño don Trinidad Pacheco Andía, que fuera nombrado Subprefecto de la provincia de Islay en 1872. En 1873, don Pacheco Andía levanta su vivienda en Mejía, seducido por las serenas olas de la playa de Mejía.
El Coronel Pacheco Andía escribió un folleto donde relata todos los esfuerzos que realizó para conseguir que Mejía se convierta en balneario de muchas familias arequipeñas y del valle de Tambo.
En su interesante relato el Coronel Pacheco Andía cuenta cómo consiguió que prestigiosas familias pasaran los veranos de 1872, 1873 y 1874 en Mejía, en improvisados ranchos de esteras. También relata cómo consiguió del Supremo Gobierno autorización para repartir terrenos y expedir títulos de propiedad para obtener la estabilidad del balneario de Mejía.
En 1873, tan sólo logró que sus buenos amigos, José La Fuente y Mariano Bedoya acudiesen a su solicitud. Al siguiente año tuvo más éxito, pues adquirieron terrenos las señoras Urbicaín viuda de Barreda, Eloísa Landa de Arispe, Eusebia de Calle, Isidora Manrique y los señores Juan Manuel López de Romaña, Manuel Aguirre, Ladislao de la Jara, Mariano Blas Cornejo, Belisario Torres, Juan R. Zarain, Bernardino Murga, Wenceslao Santisteban, José Santos Delgado, Mariano Barrionuevo y Francisco Ibáñez.
Su éxito culminó al conseguir que la empresa del ferrocarril construyese una bonita estación, cuyo primer jefe fue el Coronel Salvador Zavala.
Los baños de Mejía, como le llamaban entonces al balneario, estaban flanqueados por dos zonas rocosas, conocidas como El Tiro Alto y La Isla, formaciones que se interrumpen hoy con otras construcciones.
El Coronel Pacheco Andía también fue el artífice y director honorario de la Biblioteca Pública Municipal de Arequipa, inaugurada el 28 de julio de 1878.
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