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domingo, 29 de julio de 2012

El Castillo de José Miguel Forga Salinger

En la foto se observa que el castillo estaba en plena construcción, faltando levantar la torre del tercer piso. Nótese los límites de la orilla del mar, aproximadamente en el año 1910.

Miguel Forga Barnack e hijos 

Doña Carmen tiene 94 años, vive en Arequipa y no le es difícil revivir aquellos años felices que pasó con sus padres y hermanos durante las temporadas de verano, en una casa muy particular al borde del estruendoso mar. Recuerdos de una casa que, con el tiempo, fue objeto de numerosas historias, además de convertirse en todo un símbolo de Mollendo: Aquel antiguo e histórico puerto que tuvo su época de bonanza a comienzos de siglo. Iguales antecedentes tiene la vieja casa en donde alguna vez vivió doña Carmen.

Mollendo en 1891 según el escritor chileno Vicente Grez

Vista de la bahía de Mollendo en 1890

Este escritor chileno, en su viaje de destierro por tierras peruanas, realizó las siguientes observaciones y comentarios de nuestra ciudad:

"A mediodía y sin que el vapor penetrara en bahía alguna, nos encontramos anclados frente a Mollendo, el más raro, el más original, el más excéntrico de todos los pueblos marítimos. La ciudad, construida en la falda de una colina, parece que se hubiera resbalado y quedado pendiente sobre el mar, y el viajero espera ver caer al agua alguna vieja casa, algún pedazo de barrio sostenido milagrosamente en el aire. Si la torre inclinada de Pisa es una maravilla, Mollendo colgando sobre el mar es un prodigio. Verdad que nada perdería el arte con que Mollendo cayera al agua; pero sería de lamentarlo por sus habitantes, que deben sentir por su pueblo un extraño afecto, el cariño a todo aquello que nos cuesta un esfuerzo constante, por lo menos de equilibrio.

El periodismo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX

La primera expresión de periodismo se cultivó en el Valle de Tambo en 1884, en la Pampilla, denominándose "La Tijera", que era una hoja manuscrita, eventual, seguramente llena de ironía. En 1885 se publicó "La Gaceta del Puerto", primera publicación aparecida en Mollendo en los primeros días de noviembre, de carácter mercantil y que feneció en 1886. En febrero de ese año apareció "La Crónica Imparcial", que sostuvo reñida controversia con "El Artesano" (junio de 1887).

Los inmigrantes árabes palestinos de Mollendo

La inmigración árabe se da por la sierra sur del Perú. Muchos de ellos se dedican al comercio ambulatorio a lomo de mula, aprenden el quechua rápidamente y establecen relaciones de confianza con las comunidades alto andinas. Muy pocos desembarcan en el Perú, inicialmente llegan por el Atlántico y la mayoría desembarca en Uruguay y llegan al Perú a través de Bolivia. Algunos de ellos desembarcan en Mollendo, por eso hay apellidos como Abugattás y Abuid que tienen un origen mollendino.

Los árabes palestinos fueron llamandos indebidamente "Turcos", en razón de que los primeros inmigrantes procedían de Siria, que estaba sometida por Turquía en ese entonces; por ello venían con pasaporte otorgado por el gobierno de ese país.

Antecedentes de la construcción del Ferrocarril de Mollendo a Arequipa

Instantánea de la estación del ferrocarril de Mollendo en el año 1886

En el año 1847, ante la posibilidad de la construcción de un ferrocarril de Islay hacia Arequipa, un Sr. W. Evans encarga al Sr. Blume de la ciudad de Lima, plantear dicha idea.

En 1858 el diario capitalino "El Comercio", en su edición del 14 de octubre, publicó una colaboración anónima muy interesante en las que hacía un estudio completo y minucioso de la situación ferrocarrilera, con cálculos sobre la renta que entonces producía la Aduana y la que podía producir el ferrocarril. Concluía que la obra debía partir de Islay, tanto por la menor distancia y declive como por sus características (que no poseen Quilca, Mollendo y Mejía); y que era el propio Estado el que debía emprender esa obra trascendental, no sólo por Arequipa y el sur del país, sino también para la vecina Bolivia.

miércoles, 25 de julio de 2012

Juan Escalante, figura del empresariado mollendino de principios del siglo XX

Rigoberto Escalante, hijo del empresario Juan Escalante.
Fue representante y contador de los negocios de su padre. En comicios electorales fue candidato para la cámara de Diputados.

El señor Juan Escalante fue uno de los importantes comerciantes del puerto de Mollendo, distinguiéndose por su esfuerzo tesonero y el cumplimiento de sus obligaciones, merced a cuyas cualidades supo conquistar la posición holgada que le permitían sus negocios.

martes, 24 de julio de 2012

Orígenes de Mejía como Balneario

Familias arequipeñas en las playas de Mejía en el año 1905

El orígen de Mejía como balneario se debe a la acción tesonera del Coronel de Artillería, el arequipeño don Trinidad Pacheco Andía, que fuera nombrado Subprefecto de la provincia de Islay en 1872. En 1873, don Pacheco Andía levanta su vivienda en Mejía, seducido por las serenas olas de la playa de Mejía.

El manantial de los "Baños de la Aguadita"

Topográficamente, Mollendo está cruzada del Nor-Este al Sur-Oeste por una gran falla, que comienza a la altura de la Av. Mariscal Castilla, continúa por el crucero de las calles Puno y Arequipa y viene a desembocar en lo que se conoce con el nombre de "Baños de la Aguadita". A lo largo de esta falla, existe afloramientos de una agua fuertemente mineralizada, y el afloramiento del máximo caudal viene a constituir el "Manantial de la Aguadita".

Observe esta descripción que hace Raimondi en 1863, sobre la zona que correspondía a la antigua población de Mollendo: "El agua que sirve para esta pequeña población la traen de un manantial situado más arriba en una quebrada. Esta agua es bastante salobre y peor que la de Islay". Este comentario de Raimondi se refiere sin duda a estos afloramientos de la "Aguadita".

Un comentarista de nombre Montesinos hace una de las primeras referencias sobre la Aguadita: "La importancia de estos baños data de 1877, según lo divulgado por un desconocido que había sido enfermo de parálisis. Él, deseando bañarse como medida higiénica en la época de verano, hizo un pequeño pozo; luego de proseguir a diario con estos baños, se sorprendió que, tras algunos días más, halló una relativa soltura de sus dolencias y propagó así las virtudes de aquel manantial".

El hospital "El Carmen"

Jardines del Hospital "El Carmen"

A mediados del año 1900 nace el hospital "El Carmen" de Mollendo, bajo el signo de la emoción social de doña Elvira Montesinos de Fétzer, de doña Delmira de Köster y de doña María Ureta de García., quienes, con otras señoras y con la desinteresada colaboración del insigne músico arequipeño, don Octavio Polar, organizaron dos conciertos para conseguir los fondos iniciales con que habría de erigirse el hospital de Mollendo.

La "Sociedad de San Juan de Dios"

Como el hospital que funcionó durante la construcción del ferrocarril desapareció con la terminación de los trabajos, la población de Mollendo y de toda la provincia de Islay quedó, en el aspecto sanitario, atendida solamente por el médico del puerto.

Son frecuentes las epidemias y el vecindario tiene gran preocupación por mejorar las condiciones de atención médica. Es por ello que desde los primeros años las damas mollendinas afrontaron el problema de ayudar a los desvalidos, especialmente a los enfermos y, a este fin, fundaron una entidad que denominaron "Sociedad San Juan de Dios".

Esta Sociedad tenía, entre sus ambiciosos proyectos, el de construir un hospital. A tal fin, llegó a conseguir el terreno que había ocupado el llamado "Panteón Viejo" situado en lo que es hoy la galería comercial "Tacna Chico" y la empresa Boutique Celular. Es así que en el mes de noviembre de 1893 obtuvieron del honorable Concejo provincial de Islay la licencia para la construcción del proyectado hospital. Sin embargo la idea no prosperó.

lunes, 23 de julio de 2012

Antiguos mapas del puerto de Islay

Mapa de la caleta de Islay del año 1865 según el Atlas Geográfico del Perú del historiador Mariano Felipe Paz Soldán. Este material fue publicado a expensas del Gobierno Peruano y siendo Presidente el Mariscal Ramón Castilla

Plano topográfico de la localidad de Islay en el año 1859
Se observa las ubicaciones de la Aduana, el Vice consulado Inglés, el Fuerte... entre otros

La hacienda Pampa Blanca del señor Víctor F. Lira, en el Valle de Tambo

Joya arquitectónica de la Iglesia de la Vírgen de la Inmaculada Concepción de la hacienda Pampa Blanca de Cocachacra

El valle de Tambo llegó a su apogeo con la producción azucarera en las haciendas de Pampa Blanca y Chucarapi.

La hacienda Pampa Blanca asombró por su apariencia en la época de los años 1920, manteniéndose conservada a través del tiempo con sus estructuras raras para la época, gracias al gusto refinado y recreativo de su gestor y dueño, el señor Víctor Felipe Lira Goycolea; hombre de gran sensibilidad social, benefactor y filántropo; accionista del canal de Panamá y hombre de gran visión, a quien se le debe la construcción del Asilo de Ancianos de Arequipa (que lleva su nombre) y una iglesia de estilo gótico, para festejar a la Virgen de la Inmaculada Concepción cada 8 de diciembre.

domingo, 22 de julio de 2012

La Plaza Grau de Mollendo


Plaza Grau, según anverso y reverso de una postal de 1909

Haciendo una descripción de esta fotografía, los edificios que la rodeaban eran infraestructuras de madera de pino de Oregon, porque era el tipo de madera que más se usaba en esa época y de un aspecto propio de la Colonia.

Colectividad mollendina a principios del siglo XX

Esta era la pequeña villa que se formó primero con los isleños (Islay), en base al plano elaborado por el Ingeniero Thorndike. Luego llegaron arequipeños, quienes eran gente de gran calidad humana y con magnífica preparación; inteligentes, hábiles, honorables y con gran impulso con que han progresado a lo largo y ancho del país y doquiera que vayan. Arribaron artesanos dinámicos y competentes que construían una casa en un día, empleando madera procedente de Oregon - Estados Unidos.

viernes, 20 de julio de 2012

Mollendo en 1903 según relato de Frederick Alcock

Libro de Frederick Alcock editado en 1907, en el que relata las condiciones de Mollendo en el año 1903. Obsérvese las instalaciones de ese entonces del Muelle.

En 1903, procedente de Inglaterra, llegó a Mollendo el Sr. Frederick Alcock, intelectual y hombre de negocios que relata con lujo de detalles en su libro "Trade and Travel in South America" (Londres 1903) todo el viaje que realizó por Sudamérica.

Cuenta que su arribo a Mollendo no fue muy satisfactorio pues hubo corriente y marejada que dificultaba el desembarco. Opina que ve en Mollendo una localidad con movimiento y progreso que se constituye como puerto de Arequipa, Cuzco, Puno y de la república de Bolivia, en el que los vapores fondean a media milla del muelle y a 23 o 24 brazas de fondo. Entre sus observaciones está que al puerto le hace falta un buen rompeolas.

Atentado a la Logia Masónica de Mollendo en el año 1893

El 27 de marzo de 1893 se suscitaron bochornosos actos en Mollendo, en los que una multitud de sujetos embriagados y provistos de palos y armas de fuego, atacaron la Logia Masónica que, precisamente, celebraba una sesión extraordinaria con motivo de los funerales del masón Don Emilio Cazorla, distinguido caballero de la localidad. Todos los concurrentes propios y extraños fueron víctimas de vejámenes y de toda clase de improperios que se hicieron en nombre de la Curia. No satisfechos con ello extrajeron de la Logia y casas vecinas, muebles y otros enseres que fueron quemados en la vía pública. Los señores Leopoldo Flores Guerra y el Alcalde Don Aurelio I. Zegarra fueron los mayores lesionados.

El Teatro en Mollendo

A comienzos de siglo y hasta décadas posteriores, Mollendo gozó contemplando buen teatro, debido a que las compañías que habían de presentarse en Arequipa arribaban a Mollendo y, en su corta estadía en el puerto, ofrecían una o dos funciones. Además, las agrupaciones teatrales de Arequipa se animaban a reponer sus representaciones en el puerto, al igual que compañías argentinas que llegaban a esa ciudad por Bolivia y aún conjuntos bolivianos.

jueves, 19 de julio de 2012

Acciones de defensa de Mollendo en la guerra del Pacífico

Carlos Llosa y Llosa, Subprefecto de Islay en el año 1879.
Cuando la guerra estalló, renunció a su cargo público para incorporarse en Arequipa al ejército activo que se encontraba próximo a salir en campaña. A petición del coronel Andrés A. Cáceres, el entonces comandante Llosa fue nombrado por el general Prado, jefe de estado mayor de la división de Cáceres, bajo cuyo mando hizo la primera campaña del sur, al término de la cual fue designado segundo jefe del batallón Zepita.
Actualmente una calle de nuestra ciudad lleva su nombre.

Cuenta la historia que el 17 de Abril de 1879, doce días después que Chile declarara la guerra al Perú, a las 5.30 de la mañana, aparecieron en el horizonte frente a Mollendo, dos buques chilenos: el blindado Lord Cochane y la cañonera Magallanes. Una hora después los navíos enemigos tomaron posición estratégica de Mollendo. A partir de esa hora, el comandante del blindado, Enrique Simpson, ordenó el desembarco de sus tropas en lanchas.

Los militares chilenos se dedicaron a la destrucción de la infraestructura portuaria, hundimiento de embarcaciones menores y saqueo de las mercancías de las embarcaciones, las cuales fueron tomadas como botín de guerra. Frente a este panorama la población de Mollendo es organizada por el jefe político militar de ese entonces, subprefecto Carlos Llosa y Llosa, quién luego de entregar las escasas armas y municiones al batallón improvisado, ordenó el ataque a los invasores, logrando que huyeran hasta el Lord Cochrane.

Carlos Baca Flor gana en Chile el premio "Roma"

Carlos Baca Flor - Hijo ilustre del distrito de Islay - 1865 - 1941

El presidente Andrés Avelino Cáceres se sentía atribulado en su despacho. El país vivía la mayor de sus desesperanzas a finales del siglo XIX como consecuencia de la guerra. Las arcas fiscales habían sido saqueadas por el invasor y la producción estaba paralizada.

No había gobierno ni entidad extranjera que quisiera darle el más pequeño crédito. El territorio quedó fracturado y la riqueza más importante, las salitreras, había sido perdida. Algunos creían que el "Brujo de los Andes", si bien se había erigido como el más genuino guerrero defensor de la peruanidad, no era el estadista más indicado para administrarlo y procurar su resurrección. Abrumado por los problemas heredados, el dolor y el desaliento moral; presidía en realidad un país inmanejable.

lunes, 16 de julio de 2012

El puerto de Islay en el año 1836 según informe de su Gobernador

Puerto y villa de Islay en 1868, 32 años después del reporte de Don Rafael Gruesso

En el informe que hace en agosto de 1836 don Rafael Gruesso, Gobernador Político y Comandante Militar de Islay, en el expediente que se instruye para la erección de la Parroquia del Puerto de Islay separada de la Parroquia de Tambo, encontramos datos muy interesantes que a continuación detallamos:

"Esta Vice-Parroquia del Valle de Tambo se considera con ocho leguas de longitud desde el puerto que fue de Mollendo, de sur a norte por la parte de arriba; y por la de abajo hasta la Piedra Hincada; y de latitud de Este a Oeste, ocho leguas desde las orillas del mar hasta los cabos donde concluyen las lomas".

"Su población consta de tres calles rectas con los nombres de Aranta, Yanacocha y Granada, y otra nueva con el de Socabaya. Tiene siete calles de travesía con hermosos edificios de tablasón altos y tiendas de comercio. Las casas que la componen son 155, de toda clase, que cada día van en aumento y trabajados del mejor gusto".

El pueblo de Islay en el año 1833, según Flora Tristán

Puerto de Islay en una fecha posterior a la llegada de Flora Tristán

Flora Tristán en "Peregrinaciones de una Paria", nos relata cómo era Islay, puerto donde desembarcó del "Leonidas" para entrar al Perú, el 9 de setiembre de 1833.

Islay: "...¡Ah! ¡Si usted supiera señorita, en qué horrible desierto nos encontramos! ¡Es espantoso! Ningún árbol, nada verde, sólo arena negra y árida y algunas cañas de bambú. ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Qué va a ser de mí?".

"Doctor, es preciso tomar un partido. La suerte está echada. Sus llantos, sus lamentos y sus maldiciones no harán crecer árboles ni verdor. Por lo demás parece que usted viene acá para buscar oro y no hermosos lugares campestres".

"Me levanté. Mientras me vestía mi imaginación exageró de tal manera el horror del país que, cuando subí al puente, me sentí menos afectada por la vista de la aridez y la miseria. Toda la costa del Perú es en extremo árida. Islay y sus alrededores no presentan sino una perspectiva de desolación. Sin embargo, el puerto prospera en forma sorprendente."

El pueblo de Islay en el año 1863 según Antonio Raimondi

Puerto y villa de Islay en el año 1875. Como puede observarse, en antiguas cartas geográficas se usaba su nombre aborigen, ILAY

Antonio Raimondi en su obra "El Perú" nos describe con todo lujo de detalles cómo era Islay en el año 1863, a cuyo puerto llegó el día 29 de noviembre del citado año. Dice así:

"El Puerto de Islay consiste en una ensenada abrigada por una punta que entra a la mar. El puerto esmuy pequeño y algo difícil para la arribada, a causa de granes peñascos e islotes situados casi a su entrada. Islay no tiene playa y por todas partes la roca está cortada a pico, formando una barrera elevada contra la que chocan las olas del mar. Hasta hace pocos años el desembarcadero era muy difícil y peligroso porque no había muelle, y para subir y bajar existía una móvil y bambaleante escalera de soga que estaba apoyada a una peña vertical, sobre la cual era preciso trepar con ligereza para evitar el peligro de ser aplastado por la embarcación movida con violencia por las fuertes oleadas"

domingo, 15 de julio de 2012

Mollendo y las temporadas de verano

El "Hotel el Ferrocarril" estaba ubicado frente al malecón Ratty, en el mismo sitio del hoy abandonado "Hotel de Turistas". Aquí una instantánea del año 1945 del entonces concurrido Hotel. Ampliando la foto puede observarse por la parte derecha el letrero que señala la ubicación del "Hotel Plaza"

Eran veranos con menos turistas o bañistas en las playas, quizás con más tranquilidad y sobre todo limpieza que en los veranos actuales. En Arequipa muchas eran las familias que esperaban con entusiasmo la temporada  de verano, quienes en su mayoría se desplazaban mediante el ferrocarril a este puerto o a las playas de Mejía.

Otra vista del "Hotel el Ferrocarril" del año 1915

El “Hotel Ferrocarril” ubicado frente al malecón Ratti, siempre fue el lugar favorito como alojamiento para quienes llegaban a disfrutar la temporada. Este hotel no era tan lujoso como los que se estilan ahora con el significado de las estrellas, pero era un alojamiento confortable y ofrecía todas las comodidades del caso y una ubicación muy apropiada para el descanso. Tenía un corredor con barandilla frente a la plazoleta del malecón y tenía por horizonte el color de las aguas del mar mollendino. Allí en ese balconcito muchos turistas solían hacer la siesta por las tardes en cómodos asientos que proporcionaba el hotel.

La Cruz de Fierro

Siguiendo las indicaciones del Vaticano de colocar una Cruz en el lugar más alto de cada pueblo para recibir el advenimiento del Siglo XX, se construyó en la maestranza de los ferrocarriles, allá por el año 1900, la hoy denominada Cruz de Fierro. Esta cruz tiene como altura fuera de la superficie de la tierra más o menos cinco metros y el ancho de su brazos mide más o menos tres metros y medio. El material utilizado es fierro o rieles de ferrocarril y en sus ranuras llevan madera prensada al riel.

Una vez construída se nombró una comisión para su traslado al lugar estratégico para edificar la base donde de acuerdo a sus medidad de infraestructura debía ser colocada en forma firme. el 1ro de enero de 1900, el reverendo padre Juan "Tata" Arenas, autoridades y devotos, salieron portando la cruz de fierro a lomo de burros, desde la Planta de Maestranza del Ferrocarril, en donde fue construído. Cruzaron la alameda "Las Huertas" (hoy Av. Mariscal Castilla), subieron a la cima del cerro más elevado de Mollendo y colocaron la Cruz de Fierro en significativa ceremonia religiosa, de la cual no hay nada descrito , pero sí hay testigos que dan fe de su construcción.

El 1ro de noviembre de cada año, fieles de ambos sexos en peregrinación desde la medianoche anterior llegan a la Cruz de Fierro para venerarla y reafirmar su fe católica.

jueves, 12 de julio de 2012

Desarrollo y auge del puerto de Mollendo



Medalla de plata de 2.3cm de diámetro, en conmemoración por la inauguración del ferrocarril de Mollendo a Arequipa en el año 1871

El corresponsal del diario "El Nacional" de Lima, que integró la excursión traída por Meiggs, hizo la siguiente vívida descripción periodística de Mollendo, el 8 de enero de 1871:

"Mollendo antes de 2 años sólo ha sido una miserable ranchería adonde venían a buscar sombra uno que otro pescador. Hoy, merced a los esfuerzos del empresario y de las necesidades que naturalmente se han ido desarrollando, cuenta con una regular población y con algunos edificios, aunque todos de madera.

El Degolladito



En la fotografía podemos ver el momento solemne en que el Reverendo Padre Jesús del Carpio celebra la Santa Misa, asistiendo como diáconos el Presbítero Juan B. Arenas y el Capellán del Hospital el Carmen, Manuel Jiménez. Una vez concluida la sagrada ceremonia, descienden los arreglos florales de la escalera y son depositados en la tumba del venerado Degolladito. El camioncito que se ve en la fotografía pertenecía a la antigua y desaparecida agencia funeraria de don Benigno Cárdenas que se ofreció desinteresadamente conducir el ataúd que contenían los restos mortales de Rospicio Rodríguez a su última morada.

Don Rospicio Rodríguez, natural de Chala, provincia de Caravelí (Arequipa) ganó significativa suma de dinero en las salitreras de Tarapacá. Al decretar el Gobierno chileno la salida de los peruanos que trabajaban en dichas minas, don Rospicio regresó al Perú estableciéndose en Mollendo.


La Academia Comercial "Mollendo"

Fundada el 23 de setiembre de 1959 y autorizada por Resolución Ministerial Nº 13541, con el propósito de dar servicio a la colectividad mollendina, fue primera academia fundada como una alternativa para la juventud donde podían especializarse en Mecanografía y Taquigrafía. Esta academia estaba complementada de tal manera que el alumnado disponía cómodamente de máquinas de escribir para sus prácticas abiertas.

Esta academia funcionó por muchos años y era de propiedad del conocido señor Raúl Núñez del Carpio. Otorgó certificados a los egresados, quienes eran solicitados para trabajar en oficinas de movimiento comercial, ferroviario y marítimo.

martes, 10 de julio de 2012

Reseña sobre el Castillo Forga o "Casa "Blanca"

Construido en 1908, el Castillo de Mollendo conocido en sus mejores épocas como "la casa blanca", pasó de ser propiedad privada de la familia Forga a comienzos del siglo XX, a manos del Estado. Hoy se desmorona y si nadie toma la iniciativa de recuperarlo, pronto desaparecerá del paisaje mollendino.

Miguel Forga Barnack, inmigrante español, hizo fortuna con lana de alpaca a inicios del siglo XX. Refieren los viejos habitantes de Mollendo que al Castillo Forga llegaban en barco ministros y embajadores, y alguna vez las hijas del presidente Leguía, a hospedarse y pasar fastuosos días veraniegos frente al mar. Las comidas procedían del hotel "Bolívar", y las orquestas integradas por negritos -al decir de los aristócratas- también venían de la capital. En coche especial del tren, llegaba igualmente la más selecta sociedad arequipeña. El pueblo compuesto por cobrizos pescadores y estibadores, de modestas casitas de madera y calamina, con buen sentido del humor, apodaba a la imponente mansión, levantada a la distancia y sobre un macizo peñón frente a un mar de olas montañosas, "la casa blanca", por el color de piel de sus huéspedes.

Inicios del Colegio Nacional Deán Valdivia

De este centro de estudios han salido varias promociones de alumnos. El crecimiento demográfico de la ciudad obligó a abandonar esas históricas instalaciones de madera, que tuvo como vecinas otras casonas también de madera, al estilo colonial que caracterizaba a nuestro puerto.

El día lunes 1ro de abril del año 1923, abrió sus puertas el Colegio Nacional "Augusto B. Leguía", satisfaciendo así un viejo anhelo de los padres de familia que, año tras año, venían solicitando y clamando se estableciera un colegio de educación secundaria, en nuestro puerto.

Desde 1912, Don Nazario Riglos, ya como concejal y después como alcalde, trabajó intensamente en la conciencia de los hombres representativos de Arequipa y Mollendo, para que se hiciera funcionar un establecimiento de esta clase, pero el resultado fue siempre negativo y había que seguir esperando.

Fundación de la Compañía de Bomberos de Mollendo


Mollendo, capital de la provincia arequipeña de islay, cuya fecha oficial de fundacion es el 6 de enero de 1871, es una ciudad que en todos los tiempos ha sido presa fácil de devastadores incendios, en razón de que la mayor parte de sus edificios y construcciones fueron hechas exclusivamente de madera y muchos de ellas con viejas maderas traídas de la fenecida población de Islay; sumándose a ello los fuertes vientos marinos.

Coadyuvó también la falta de alumbrado eléctrico en el siglo IXX, que obligaba a sus pobladores a utilizar velas, candiles y aparatos de keroséne en sus viviendas, añadiéndose a esto la escasez de agua. Estas circunstancias han puesto siempre en dura prueba al pueblo mollendino, que lejos de amilanarse ante la adversidad, ha resurgido siempre indomable ante ella.

domingo, 8 de julio de 2012

Abundancia de machas en el año 1940

Hubo un año, aproximadamente en el año 1940, en que en plena orilla de las playa de Mejía abundaron las machas grandes y gordas (de lenguas grandes) dentro de la arena y casi superficialmente sobre la superficie.

La macha cual fruto del mar, se encontraba como una mina, y es por esta razón que muchos mollendinos en la época de verano en que se produjo este "milagro" se establecieron con sus familias, o sólo o en grupos, y armaron casuchas de estera como vivienda con su pequeña ramadita para protegerse del Sol cuando tenían que desconchar y sancochar las machas para después ponerlas a secar.

Breve reseña del colegio Barranco

Hablar del colegio Barranco es narrar una historia plagada de recuerdos imperecederos, porque a memoria llegan las notas gratas y que merecen recordar, porque este insigne colegio ya existía siendo su Director el Sr. Grimane Almonte. Este magnífico profesor incentivó a los padres de familia para inplementar una banda de guerra, logro que se cristalizó mediante actividades y el tesón y la abnegada labor de sacrificio entre director, profesores y padres de familia. Estos esfuerzos permitieron lograr la compra de implementos musicales.

Para entonces este colegio, que más o menos su fundación data de 1920, funcionaba en la casa de propiedad de la familia Peréa, espacio que iba quedando reducido debido al incremento del alumnado. Es en esas circunstancias que se pone a la venta una casa en la misma calle pero a una cuadra más de donde se encontraba. Se pone manos a la obra y una vez reunido el dinero se compra el inmueble al señor don Miguel Valdivia.

La Botica del Pueblo de Gerardo Vargas

Voy a referirme a la familia Vargas y en especial al padre y jefe de este selecto hogar: el señor Gerardo Vargas. Su trato con los clientes era como de padre a hijo cuando el padre o madre del paciente había incurrido en negligencia. Tanto Raúl y hermanos, con la misma característica de su padre, lo emularon en la preparación de medicamentos en base a jarabes que ellos mismos preparaban.

El señor Raúl Vargas, al igual que su señor padre, recetaba en base a la apariencia del enfermo y sus padecimientos y le diagnosticaba medicamentos siempre que el cuadro clínico estaba dentro de sus posibilidades, de lo contrario elos mismos recomendaban un facultativo para el mal del paciente. Ya en la época de los medicamentos envasados de laboratorio seguían aplicando esta misma técnica de diagnóstico en base a la Posología de los medicamentos en forma muy acertada.

Por lo general recurrían a esta botica la gente del Valle de Tambo donde don Raúl, ya que le tenían mucha fé debido a su alta sensibilidad. Se debe de hacer un alto reconocimiento por los servicios que prestó a la comunidad mollendina

El primer hospital de Mollendo

El primer hospital de Mollendo nació el 27 de Mayo de 1868, fecha en que Enrique Meiggs, el Pizarro Yanqui como lo llamaban, dio comienzo a los trabajos del ferrocarril de Arequipa a la costa y eligió Mollendo como el punto más adecuado para desembarcar sus materiales e iniciar el trazado de la vía férrea.

Aquel pequeño hospital, que funcionó hasta el 24 de diciembre de 1870, día en que se dieron por concluídos los trabajos, tuvo una ardua y benéfica tarea.

Si consideramos que en el transcurso de los 942 días que duraron los trabajos de construcción del ferrocarril, murieron 2,000 trabajadores de la empresa Meiggs, es de imaginar el elevado número de accidentados y de enfermos que debió atender, considerando desde luego que de las 2,000 bajas, al menos la mitad debieron corresponder a la zona de influencia del hospital de Mollendo.

Los doctores J. Martínez, César Adami, S. La Torre y N. Benavides fueron los médicos que tuvieron la responsabilidad de este primer hospital de Mollendo, en el transcurso de dos años y medio de funcionamiento.

El flagelo de las epidemias de Islay

Tal vez por la influencia del clima, la falta de medios naturales como la vegetación, el agua potable, la propia alimentación escasa de los elementos necesarios para la salud, además de la ausencia de los medios sanitarios y por lo general higiénicos en los habitantes de recursos pobres, que eran los más en la población; es que en Islay se declararon terribles epidemias infecto contagiosas con caracteres alarmantes, porque no hubieron recursos para combatirlas.

En el año de 1836 se declaró la primera epidemia de tifus Exantemático y es cuando el pueblo aprendió a soportar los estragos de este terrible y mortal mal. La desesperación de la población hacía que el pánico cundiera más y más, porque los enfermos de todas las edades se multiplicaban como una maldición. Se veía las figuras espeluznantes de cada uno de los enfermos tirados en cualquier rincón de las habitaciones: rostros brutalmente encendidos por la fiebre, delirantes y con repugnantes costras negras en la boca y manchas en todo el cuerpo.

Mollendo y sus cuatro locales cinematográficos

Es verdad que en aquellos años no existía la televisión, pero el entretenimiento cinematográfico era mucho más recatado y sobre todo moral y sin la violencia que hoy en día se ve por la pantalla chica o casera.

Habían cuatro cines que daban funciones diarias en dos horarios, la vermouth o lo que los vecinos llamaban la "tanda" y la función de noche que empezaba a las diez. La asistencia era diaria y con buena cantidad de público para las cuatro salas, sobre todo en esos martes populares llamados los "martes femeninos" en los que las parejas entraban pagando solamente un boleto, o a mitad del precio de todos los demás días.

Los cines en ese entonces eran el Cinema "Teatro", que aún existe pero en estado calamitoso. El Cine Mundial que estaba ubicada frente a la plazoleta de San Francisco, el cine Mollendo frente a la plaza Grau en donde hoy está el Club Social (ocupado en la actualidad por máquinas tragamonedas) y el Cine Marítimo ubicado en la calle Iquitos y que era el más popular del puerto. Este cine tenía una especial característica, usaba una potente sirena para anunciar el comienzo de sus funciones, la cual se escuchaba en todo el puerto y la gente ya sabía de lo que se trataba.

La tranquilidad y educación de aquellos años

No era necesario determinar exactamente el punto de recepción para que los viejos o jóvenes de aquellos años pasaran momento de solaz esparcimiento, porque hubo muchos clubes deportivos y sociales. Entre los que podemos destacar están el Club de Tiro al Blanco y los Clubes de Fútbol, en cuyos locales se reunía la sociedad entera del Puerto en determinadas fechas del año o fiestas populares como las fiestas patrias, el Año Nuevo, los bailes del Carnaval en sus tres días, etc.

Pero siempre vimos allá, en los populares bancos de las plazas Bolognesi y Grau, además del Malecón Ratti, a muchos viejos vecinos a cualquier hora del día reunidos conversando, bromeando u ocupándose del temas colectivos como son la política, de trabajo, de fútbol o de algunos otros problemas que casi todos conocían.

Comité Expreso Nº 1 Mollendino

Este decano comité de línea de autos inició a un itinerario interdiario de viajes de Mollendo a Lima y viceversa con la modalidad de domicilio a domicilio. Fue establecido por un grupo de propietarios de autos, constituyéndose este sistema de viajes patentados por primera vez en nuestro Puerto.

Este comité fue inscrito en Registros Públicos y aperturado el 10 de Noviembre de 1963. Lo conformaron los siguientes señores: Julio Arakaki Arakaki, Carlos Paredes V., Walter Cáceres B., César Gallegos Murillo, Jaime Cabello Bueno, Froilán Chirinos Ortiz, Hugo López Guerra, Raúl Valdivia, Teófilo Ocharan Rivera, Angel Paredes Cabaello, Edgardo Adriazola Bernedo, Héctor Ticona Antezana y Manuel Castañeda V.

Los Curanderos Herbolarios de Mollendo

Eran señores que conocían la anatomía humana y que con el tacto de sus manos curaban a aquellas personas que sufrían dislocaduras o costillas rotas, etc., que los imposibilitaban de caminar, agacharse o doblar el dorso por el dolor que los aquejaba, y recurrían donde un Curandero para la cura de sus males.

Después de la curación es clásico el uso de una frotación y parches que ellos mismos preparaban, y finalmente un vendaje en la zona afectada posterior al cual el paciente sentía un alivio. Ellos también utilizaban para ciertas curaciones el uso de ventosas a base de alcohol y hacían correr el vaso por la zona de la espalda o pecho.

Mollendo y su ambiente

Era un ambiente muy tranquilo y sujeto a sus obligaciones donde todos sus habitantes discurrían con satisfacción en sus quehaceres. Sus calles tenían un tráfico vehicular apropiado a la época, por eso era apacible y con transeúntes despreocupados e indolentes, porque estaban seguros de la tranquilidad callejera y hormigueaban en mayor cantidad por los jirones centrales, sobre todo por los alrededores del mercado y arterias comerciales.

A propósito debemos mencionar un hecho, si no trascendente, pero muy singular para ese tiempo, fue el primer automóvil que rodó por las principales calles de Mollendo. En el mes de octubre de 1915, don Adolfo Martinetti, distinguido ciudadano arequipeño importó un automóvil marca Ford de los Estados Unidos y lo recibió en Mollendo. Uno de los días del mes mencionado hizo rodar el auto por las calles Comercio y Arequipa, constituyendo la atención y admiración de casi toda la ciudadanía que se aglomeró siguiendo el trayecto de la exhibición.

Los desastrosos incendios en Mollendo

Comenzamos a enumerar estos desastres, siniestros sufridos por la población del Puerto de Mollendo; como aquél primer incendio que tuvo que soportar la población mollendina. Fue la madrugada del 8 de marzo de 1880 en que aparecieron extrañas naves en la bahía con banderas chilenas... el país del sur estaba en guerra con el Perú.

Desembarcaron tropas invasoras provocando el pánico en la tranquila población e inmediatamente los soldados y marinos chilenos se dedicaron al saqueo, cometiendo crímenes y robos a viva fuerza. Cuando encontraban resistencia de parte de los dueños de los domicilios los chilenos quemaban las viviendas, produciéndose pavorosos incendios, los primeros que Mollendo tuvo que soportar.