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domingo, 8 de julio de 2012

Los desastrosos incendios en Mollendo

Comenzamos a enumerar estos desastres, siniestros sufridos por la población del Puerto de Mollendo; como aquél primer incendio que tuvo que soportar la población mollendina. Fue la madrugada del 8 de marzo de 1880 en que aparecieron extrañas naves en la bahía con banderas chilenas... el país del sur estaba en guerra con el Perú.

Desembarcaron tropas invasoras provocando el pánico en la tranquila población e inmediatamente los soldados y marinos chilenos se dedicaron al saqueo, cometiendo crímenes y robos a viva fuerza. Cuando encontraban resistencia de parte de los dueños de los domicilios los chilenos quemaban las viviendas, produciéndose pavorosos incendios, los primeros que Mollendo tuvo que soportar.

La compañía de Bomberos del Puerto registra alrededor de veinte siniestros desde su fundación, pero esto es un número inseguro porque en algunos casos no se ha podido tener registro, sobre todo de aquellos que sucedieron antes de su fundación. En esta breve historia solamente se señalará aquellos de mayores consecuencias y de considerable magnitud.

El 1ro de junio de 1886, seis años después que los chilenos quemaron algunas casas y tiendas, se originó un incendio por causas desconocidas en el restaurante de propiedad de una familia china, ubicado en la esquina de las calles Tambo y Arequipa. En noviembre de ese año se desató otro siniestro con menores consecuencias y desde allí empezaron las preocupaciones por defenderse de estos desastres. Se comenzó a pedir la colaboración de la población y de las empresas a través de donaciones y a anhelar una compañía de bomberos. Las donaciones inmediatamente sirvieron para adquirir los primeros implementos como mangueras, hachas, escaleras, cables y parte de los uniformes de los voluntarios.

Uno de los incendios de grandes proporciones fue aquel que sucedió el 14 de abril de 1906. Este siniestro se originó en un depósito de madera. Se quemó una manzana entera dejando en la calle a muchas familias y comerciantes prósperos.

Si hasta aquí hablamos de incendios que significaron destrucción, pérdidas cuantiosas y desgracias personales, propias a esta clase de fatalidades; aquel que sucedió el 2 de abril de 1912 fue tal vez el mayor ocurrido en la historia de Mollendo. La ciudad lucía hermosa, su fisonomía era un misturero de colores en todas las fachadas de los jirones, todos indudablemente de madera, presa fácil para la voracidad de las llamas y, con un vecindario ejemplo de fraternidad y atento para sus jornadas de trabajo y progreso. Ningún pueblo hasta entonces ha soportado los estragos de lo que ha sido uno de los más gigantescos incendios y, Mollendo lo vivió más de dos días, viendo angustiosamente ese infierno y cuyos esfuerzos de los bomberos y pueblo en general fueron vanos para dominar la voracidad de las llamas. Parecía que toda la ciudad desaparecería bajo el rojo vivo de la candela y el humo asfixiante que ensombrecía todo el ambiente del puerto.

Se quemaron siete manzanas incluyendo el el local del municipio y los alrededores de la plaza Bolognesi; desaparecieron muchas casas de uno y dos pisos, quedando sólo escombros humeantes y fierros retorcidos. Muchas fueron las personas que llegaron hasta el hospital con quemaduras graves y las pérdidas económicas fueron incalculables; muchos comerciantes quebraron en sus negocios.

Solamente pasó un año exacto de este pavoroso incendio porque en el mes de abril de 1913, el día 8 promediando las 3 de la madrugada, se repite otro. Si bien es cierto que no tuvo las proporciones del anterior, también fué trágico porque toda la población lloró la muerte de uno de los heróicos bomberos, que después de horribles quemaduras falleció en el hospital; éste fue el ciudadano Samuel Málaga que dejó viuda y niños huérfanos.

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