Esta era la pequeña villa que se formó primero con los isleños (Islay), en base al plano elaborado por el Ingeniero Thorndike. Luego llegaron arequipeños, quienes eran gente de gran calidad humana y con magnífica preparación; inteligentes, hábiles, honorables y con gran impulso con que han progresado a lo largo y ancho del país y doquiera que vayan. Arribaron artesanos dinámicos y competentes que construían una casa en un día, empleando madera procedente de Oregon - Estados Unidos.
Vinieron también de Arequipa empleados, contadores (Tenedores de libros como se les designaba), gerentes, administradores muy bien preparados, que laboraban en el ferrocarril. Fueron ellos los Ampuero, Ballón, Basurco, Benavides, Canseco, Cornejo, Cuadros, Cuba, Franco, García, Gómez de la Torres, Málaga, Polar, Ponce, Pino, Pinto, Quiroz, Ramos Pacheco, Rey de Castro, Reinoso, Rodríguez, Uzátegui, Valdivia, Vela, Zavala, Zegarra y los párrocos Urías y luego nuestro discutido pero gran cura yarabambino Juan B. Arenas.
De Camaná arribaron los Adriazola, Caballero, Contreras, Esquivel, Pastor, Riega, Salazar, Vergara, Vilches y Zegarra; todos vigorosos, fuertes y aptos para las labores del mar.
De Tambo también llegaron los Arenas, Calderón, Lajo, Núñez, Ocharan, Siles y Valdivia. Pocos porque ellos tenían ellá su fuente de vida, pero les atrajo el cambio de labor.
De Tacna y Arica procedían los Bayro (familia muy numerosa), Benavides, Freire, Bossío, Caferatta, Ibarra, Köster, Manzanares, Meza, Moyano, Nacarino, Smith y Vargas.
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